La sustentabilidad, la biodiversidad y la agricultura regenerativa son presentadas como soluciones a los desafíos actuales en los ecosistemas agrícolas. En el marco del Congreso de Aapresid , en su XXXI Edición, presenciamos una mesa de trabajo titulada: ¿Se puede medir la sustentabilidad? En este espacio, se presentaron dos casos de estudio en los que se mide la sustentabilidad. Uno de ellos, relacionado con la biodiversidad, fue presentado por Leonardo Galetto, de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Universidad Nacional de Córdoba) e investigador del CONICET.
Desde www.polinizadores.com entrevistamos a Leonardo Galetto, sobre su caso de estudio:
¿Qué propone en su caso de estudio para medir la sustentabilidad en la agricultura?
La propuesta es desarrollar índices sobre la sostenibilidad ambiental para implementar mediciones, utilizando indicadores relativamente simples sobre prácticas realizadas en establecimientos agrícolas, pero que además incluyan variables de paisaje y particularidades del entorno de los lotes, a fin de evaluar la complejidad del socio-ecosistema.
Se está ensayando la implementación de un índice que pondera, a través de una serie de preguntas que el mismo usuario puede contestar y alcanzar una autoevaluación, las características del establecimiento, del paisaje a su alrededor, la diversidad de prácticas que realiza y sobre las particularidades socio-ambientales. Luego de obtener el resultado, el usuario puede consultar una serie de recomendaciones específicas para cada dimensión y poder mejorar la sostenibilidad.
¿Qué tipo de prácticas sustentable son las que se promueven actualmente?
Se están promoviendo nuevas prácticas sustentables, regenerativas, de intensificación ecológica, basadas en bioinsumos, entre otras denominaciones, que disminuyen la erosión y la pérdida de la fertilidad del suelo, mantienen la biodiversidad por encima y debajo del suelo, etc.
Las soluciones basadas en la naturaleza (SBN) incluyen una diversidad de metodologías y refieren a acciones dirigidas a proteger, gestionar y restaurar de manera sostenible ecosistemas naturales o modificados, contribuyendo tanto al bienestar humano como a la conservación de la biodiversidad.
¿Cuáles son los desafíos y limitaciones al medir la sustentabilidad en relación con la biodiversidad?
La agricultura tiene múltiples desafíos relacionados con los ODS* , entre ellos aprovechar los beneficios de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en la producción, disminuir los altos costos energéticos y la contaminación ambiental e incrementar el bienestar humano. Para ir logrando estos objetivos, se debe desarrollar una agricultura más sostenible que esté alineada con metas internacionales, nacionales y provinciales, ya que las regulaciones y sugerencias están y serán cada vez mayores. A la vez, es necesario tener en cuenta las particularidades de cada región ya que existen variaciones que afectan diferencialmente los territorios, las prácticas y las decisiones que toman los actores sociales. Es decir, no hay recomendaciones probadas que se puedan aplicar de modo generalizado, sino que hay que ir profundizando nuestro conocimiento sobre los sistemas y diversificar las estrategias para monitorear el impacto de las modificaciones en las prácticas.
Por ello, la posibilidad de medir la complejidad del establecimiento con sus lotes y las acciones que se desarrollan durante el año, considerando además el entorno del paisaje en el que están inmersos, es un buen punto de partida para ir mejorando la implementación de prácticas sostenibles considerando las PBN y alineadas con los ODS. Esas prácticas sostenibles promoverán la abundancia y diversidad de organismos biológicos que proporcionan servicios ecosistémicos, todo lo cual se relaciona con la productividad del lote y con un buen funcionamiento del ecosistema en el largo plazo.
La posibilidad de tener en cuenta diversos indicadores con base en el conocimiento científico que resulten simples de estimar y puedan ser integrados para analizar la complejidad del agro-ecosistema en distintas dimensiones (heterogeneidad del paisaje, la proporción y conectividad de ambientes seminaturales, y la sostenibilidad de prácticas socio-ambientales) y escalas espaciales (regional y local), es un avance hacia la evaluación de la sostenibilidad de los agroecosistemas.
Todo lo mencionado por Leonardo Garetto es por demás interesante. Destacamos el siguiente párrafo en el que ejemplifica, con casos puntuales, qué pueden hacer los agricultores para alcanzar una agricultura sostenible, así como contribuir a regular los ciclos de nutrientes, carbono y agua, entre otras bondades: “… para alcanzar una agricultura sostenible se puede modificar la proporción de lotes con cultivos de cobertura, aumentar las rotaciones de cultivos, etc., y monitorear algunos indicadores relacionados con la fertilidad del suelo, sus parámetros físico-químicos o la biodiversidad. Asimismo, considerar la diversificación de cultivos, el mantenimiento de áreas seminaturales y ampliar su conectividad, mantener los bordes de cultivo y caminos verdes, etc., son estrategias altamente efectivas para mejorar la conservación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos relacionados con la productividad.”
* Desde las Naciones Unidas se impulsan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como un llamamiento universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas disfruten de paz y prosperidad, ya que los ODS están integrados para equilibrar la sostenibilidad social, económica y ambiental. Los países, incluida Argentina, se han comprometido a priorizar los ODS. Tanto las SBN como los ODS, son propuestas para realizar acciones y prácticas amplias que abordan el gran desafío de tener en cuenta la complejidad socio-ambiental al momento de medir la sustentabilidad de los socio-agroecosistemas.