La primavera impulsa la actividad de los polinizadores en general y de las abejas en particular, al potenciarse la cantidad de flores existentes. Por lo tanto la colmena debe estar preparada para responder lo mejor posible a este crecimiento de trabajo. ¿Qué hay que hacer con las colmenas? ¿Cómo? ¿Por qué?
Por este tema hemos consultado al Dr. Javier C. Vázquez, ingeniero doctorado en zootecnia y vicedecano de la Facultad de Ciencias Agrarias de Lomas de Zamora (UNLZ), quien nos brindó la siguiente información y recomendaciones.
Los constantes cambios en el manejo agronómico de los campos obligan al apicultor a actualizar permanentemente sus estrategias de manejo para determinar el paquete tecnológico más apropiado a aplicar en cada apiario. Los cultivos pueden variar de un año a otro por lo que, para asegurar su producción, los apicultores deben estar al tanto de los planes y técnicas de los agricultores.
Manejo de población de la colonia de abejas
El manejo del desarrollo poblacional de la colonia de abejas que debe realizar el apicultor es aquel que le asegure:
a) Una población de invierno suficiente como para lograr un adecuado desarrollo primaveral y a la vez lo suficientemente reducida como para minimizar el consumo de alimentos en esta etapa de receso.
b) Un máximo de población de abejas y de la edad adecuada al inicio de la floración principal.
Si queremos lograr una colonia bien desarrollada al iniciarse el gran flujo de néctar, cuarenta días antes ya deberán existir no menos de 7-8 cuadros de cría en esa colmena.
El éxito de la empresa apícola reside en regular óptimamente el tamaño de la población de las colmenas en relación a la oferta natural de néctar y polen.
Dentro de las intervenciones que el apicultor puede realizar para regular la población de sus colmenas, se encuentran aquellas relacionadas al control sanitario, a la alimentación artificial, al recambio de reinas y finalmente a diversas prácticas de manejo de la colmena.
Trabajos fundamentales a realizar en primavera
Los trabajos en colmenas dedicadas a la polinización consisten en prepararlas para que aporten la mayor cantidad de abejas pecoreadoras en la floración de una especie vegetal determinada (cultivos específicos, industriales, frutales, etc.) en donde la abeja realizará la polinización entomófila además de recolectar néctar.
Cabe destacar que previamente el apicultor debe conocer las características del cultivo (ciclo floral) en la cual se realizará el servicio de polinización (determinación de colmenas por hectárea de cultivo) y las condiciones climáticas, así como también los tratamientos a realizar y el uso de productos fitosanitarios sobre el cultivo a los efectos de proteger a las abejas.
Generalmente el apicultor dispone las colmenas según las características del contrato y prevé la fecha de retiro de las colonias y coordina su trashumancia a otra zona.
El Dr. Vázquez recalca que para dedicarse a la apicultura es importante estar matriculado, registradas sus colonias y conocer la reglamentación vigente en cada municipio y /o provincia, además de estar capacitado para las siguientes tareas:
• Ubicar correctamente los bancos - caballetes o soportes, procurando dejar siempre una leve inclinación de la colmena para asegurar el correcto escurrimiento del agua de lluvia por el piso. Además, ello permite que las abejas efectúen mejor la limpieza del fondo, eliminando residuos de cera, restos de abejas, otras plagas, etc.
• Numerar cada una de las colmenas en el frente inferior de la cámara de cría para conferirles una identidad fija que permita conocer su evolución y las operaciones realizadas.
• Controlar los materiales reemplazando los elementos rotos o húmedos por otros en condiciones adecuadas.
• Observar la postura de la reina.
• Observar la reserva alimentaria para decidir si agregarle o no alimento. • Realizar las tareas de revisión otoñal si se encuentran abejas llamando; colonias débiles; cuadros con cría zanganera abundante, reina vieja, panales viejos o débiles.
• Remover los restos de cera en el piso.
• Exponer al sol los panales enmohecidos, cepillarlos y luego devolverlos a la colmena.
• Destruir las celdas reales sino se requieren para las colonias huérfanas.
• Ventilar piqueras para evitar la aparición de enfermedades (micosis).
• Colocar alzas en el caso de observar cera blanca.
• Retirar los panales defectuosos
• Observar el estado sanitario de cada colonia para efectuar las curaciones o prevenciones necesarias (caso piojo, loque, varroa, etc.).
Ubicación de las colmenas
De la ubicación de una colmena depende su rendimiento que puede ser bueno, regular o malo. Para ubicarlas correctamente hay que tener en cuenta el conocimiento de la flora, los factores climáticos y la disponibilidad de agua potable.
Importancia de los registros
Por último, Vázquez menciona que la implementación y uso de los registros apícolas, es de suma importancia y utilidad para programar las actividades a llevar a cabo en los apiarios. El registro de fechas de floración, precipitaciones, heladas tardías, vientos dominantes, neblinas, fumigación de campos linderos, así como el estado general y sanitario de ada colonia, el horario de salida e ingreso de las obreras, etc., facilita el trabajo del apicultor.
En síntesis
Las tareas en las colmenas arriba mencionadas son necesarias porque optimizan el servicio de polinización que para el sector agrícola se traduce en mayor rendimiento de sus productos (producción en kilos por hectárea) y mejor calidad, lo cual lleva en general a acceder a mejores precios locales o internacionales y generar menos sobrantes.