Si bien el cultivo de maní presenta flores que se autopolinizan, investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba estudiaron qué ocurre con la producción en términos de cantidad o calidad de las semillas (tamaño, cantidad y calidad de los aceites producidos) cuando las flores se aíslan de los polinizadores.
Para lograr una medición correcta realizaron un experimento a campo en parcelas de plan- tas aisladas de polinizadores (se utilizó cobertura total y parcial con voille) para luego compararlas con parcelas expuestas.
25% fue el aumento de la productividad del maní impulsada por la presencia de polinizadores y prácticas sustentables.
Resultados
Si se aíslan las flores de maní de los polinizadores, es- tas producen menor cantidad y calidad de semillas por planta. Esto podría explicarse por el movimiento de polen entre flores que podrían estar realizando los polinizadores; lo que puede incrementar la cantidad de polen depositado en el estigma como también la “heterosis” de los granos de maní (mayor tamaño, mayor cantidad y calidad de nutrientes).
El manejo del lote influye en la calidad y cantidad de semillas cosechadas. Los tres lotes estudiados produjeron por encima de la media provincial alcanzando las 4,5 toneladas de granos por hectárea, aunque en uno de ellos la producción fue un poco menor. Este lote en particular tuvo menor rotación histórica entre cultivos que los anteriores, lo que podría explicar esta merma en la producción promedio por hectárea. Sin embargo, este último lote pro- dujo semillas de mayor calidad considerando el alto contenido en ácido graso oleico, el que es importante para disminuir el enranciamiento del aceite.
Estas conclusiones demuestran la importancia de la rotación de cultivos entre años, la cobertura invernal y aumentar la presencia de insectos beneficiosos en el agroecosistema para la mejora en la productividad de cultivos de maní.