Hábitats favorables en los agrosistemas para insectos polinizadores
Existen más de 20.000 especies de abejas a nivel mundial, que pueden nidificar en el suelo o en la madera y en lugar de formar colonias y tener un sistema de castas especializados como la Apis mellifera, son abejas solitarias. Informe realizado con la participación de grupo ETSIA de Madrid
Agrónoma Celeste Azpiazu Segovia
Celeste Azpiazu Segovia
La importancia de las abejas solitarias como polinizadoras de las plantas está siendo reconocida desde hace relativamente poco tiempo. Como bien se explica en La guía de campo de los polinizadores de España la forma que tienen de dispersar el polen de una planta a otra es más eficiente que como lo realiza la abeja melífera Mientras que la abeja de la miel forma una pelota de polen en sus patas traseras que humedece con néctar que ha recogido previamente, el polen de las abejas solitarias es un polen seco que transportan en estructuras pilosas de su cuerpo, ya sea en las patas o en la zona ventral del abdomen. Al estar seco es mucho más fácil que se desprenda de su cuerpo y así, a menor número de visitas, se puede lograr un mayor éxito en la polinización de las plantas y por tanto, también de nuestros cultivos.
La alarma generalizada por el descenso de los polinizadores comenzó a ser evidente por el síndrome del colapso de las colmenas en Estados Unidos, donde existen grandes extensiones agrícolas cuya polinización se venía realizando con colmenas de Apis mellifera. Si bien a pesar de que en las últimas décadas el número de colmenas comerciales disminuyó considerablemente, esta especie está lejos de desaparecer, puesto que tiene un manejo adecuado por los apicultores que año tras año se encargan de mantenerla, sanearla y reproducirla. Por otro lado, es importante destacar aquí que en torno a la tercera parte de los cultivos para la producción de alimentos necesitan o mejoran su rendimiento y calidad con los polinizadores. Por estos motivos, la atención sobre la conservación de polinizadores en los agrosistemas debe dirigirse no sólo hacia la abeja melífera, sino también hacia otros polinizadores silvestres, con el fin de disminuir el riesgo de dependencia de una única especie para la polinización de nuestros cultivos, vista la vulnerabilidad de los mismos si las poblaciones disponibles escasean algún año.
La escasez de especies de plantas con flores en las zonas de cultivo, por la pérdida de hábitat natural, se considera una de las principales razones que contribuyen a la disminución de abejas silvestres localmente. Así, iniciativas como la de Operación Polinizador que proponen la creación de hábitats ricos en flores se convierten tan interesantes como imprescindibles. Los márgenes florales sirven de fuente de alimento para las abejas y otros insectos beneficiosos como enemigos naturales, proporcionando a éstos recursos más allá del tiempo de floración del propio cultivo.06340_g
Con el fin de buscar estrategias para generar nuevos hábitats que permitan el aumento de polinizadores en los cultivos de la zona centro de España, el Grupo de Investigación de Manejo Integrado de Plagas de la Universidad Politécnica de Madrid, lleva varios años colaborando con el programa Operación Polinizador. Establecida la necesidad de conservar los polinizadores y enemigos naturales en los sistemas agrarios, es importante centrarse en la elección de especies florales con potencial atractivo para los insectos beneficiosos teniendo en cuenta que las abejas solitarias son en general más específicas de una o pocas especies de plantas, en comparación con las abejas melíferas y los abejorros que tienen comportamientos mas generalistas. Por eso el primer objetivo en el que centramos nuestra colaboración con el proyecto de Operación Polinizador fue elegir las especies más adecuadas para formar parte de la mezcla floral en la zona centro de la Península Ibérica.
En la elección de las especies, hay que considerar que las flores atraen a los insectos polinizadores a través de señales ópticas y químicas. Por eso para explicar las asociaciones entre las plantas y sus polinizadores hay que tener en cuenta el color, el tamaño, la forma y el número de flores (Gómez et al., 2008), el aroma y la composición del néctar; y el momento de la floración. Además se deben considerar otras características ecológicas y fisiológicas de las plantas antes de ser introducidas en los agrosistemas: no tienen que ser invasivas ni competitivas, deben ser de fácil manejo y preferiblemente nativas o naturalizadas, asegurando así su buena adaptación a las condiciones edáficas y climáticas de la zona, lo cual facilitará el manejo de estas especies vegetales. Además, sus floraciones deben ser escalonadas con buena cobertura floral.
Las especies ensayadas se eligieron en base a dos criterios, por un lado, que fueran de distintas familias botánicas para tener características morfológicas diferentes, con el fin de atraer la mayor cantidad de especies de polinizadores distintas; y por otro, con diferencias fenológicas entre especies, con el fin de obtener la máxima cobertura floral durante el mayor tiempo posible. Así, las especies estudiadas para la mezcla floral fueron: Coriandrum sativum, Diplotaxis sp., Borago officinalis, Calendula officinalis, Silene vulgaris, Medicago sativa, Vicia sativa, Nigella damascena, Salvia verbenaca, Echium vulgare y Lobularia maritima.
En primer lugar se evaluó el mejor comportamiento de emergencia y adaptación de las especies de la mezcla floral en función del tamaño de las semillas, siendo las especies con un tamaño más grande las que mayor éxito tuvieron. Por otro lado, se estudió el potencial atractivo de las mismas, para ello se hicieron muestreos semanales desde abril hasta finales de agosto en los márgenes. En los muestreos contábamos el número de visitas de polinizadores y la cobertura floral de cada especie de la mezcla floral. Cuatro especies de las que componían la mezcla floral destacaron por alcanzar los mayores valores de cobertura (B. officinalis, C. officinalis, C. sativum y D. catholica) y por tanto fueron las más representativas en la mezcla. Una característica acertada de la elección de estas cuatro especies vegetales concretas, es que tenían una sucesión de la floración adecuada. Mientras que D. catholica y C.sativum tenían sus picos de floración en primavera, los deB. officinalis y C. oficinales se presentaban en verano. Por tanto, esta floración escalonada, hace que se proporcionen recursos florales para atraer a polinizadores y otros insectos beneficiosos durante dos estaciones (primavera y verano). Pero además estas cuatro especies fueron las que mayores visitas de abejas solitarias por flor tuvieron, mientras que en S. vulgaris, M. sativa, V. sativa, N. damascena, S. verbenaca, E. vulgare y L. maritima apenas se observaron visitas. El papel de D. catholica y C.sativum en la mezcla es importante, porque además de atraer varias especies de abejas, proporcionan recursos a sírfidos y coleópteros que en nuestra zona de estudio aparecen en primavera.
La mezcla se probó en parcelas experimentales y comerciales de melón y se encontró que en las parcelas experimentales, las visitas de abejas solitarias a las flores de melón aumentaban cuando había márgenes florales en sus bordes. Por tanto, podemos concluir que la presencia de infraestructuras ecológicas en forma de márgenes sembrados con flores de floración escalonada, aumenta el número y diversidad de polinizadores y otros artrópodos beneficiosos en los agrosistemas.
Referencias
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